Acampando en la Llorona, Michoacán


El Miércoles por la noche llegué a Guadalajara, Jueves y Viernes estuve haciendo mandados, andaba un tanto ansiosa porque el Viernes por la noche nos íbamos a Michoacán, a acampar, y yo nunca había acampado, andaba bastante nerviosa pero emocionada.
Salimos como a las 10 pm de Guadalajara, llevamos unos radios para irnos comunicando de carro a carro, esos radios fueron de las mejores partes del viaje, nos dieron horas de diversión en el camino, adivinanzas de auto a auto, historias de terror, como la mujer con cabeza de caballo, el juego de las capitales, y otras tantas dagas que nos fuimos haciendo.
Llegamos a La Llorona como a las 2 am, en el lugar no hay luz, no hay señal de celular, no hay nada de nada, así que en medio de la oscuridad iluminados sólo por una lámpara nos dimos cuenta que una de las tiendas no traía palos y otra traía palos que no le quedaban! jajaja, así que Juan Jo y otros 2 amigos terminaron durmiendo en los autos, Fidel y Angie en una casa y Ale y yo en otra. 
Llegar de noche fue más que cansado, pero valió la pena porque no hay nada mejor que despertarte con las olas del mar cantándote, abrir el cierre de la casa de campaña y ver esto:

El sábado nadamos hasta que nos hartamos, las olas estaban inmensas, es mar abierto y no invita realmente a nadar, pero en grupo se olvida el miedo (pero no se pierde el respeto a Don Mar), aún con todo y miedo nade en esas olas enormes, no tenía idea de lo divertido que es taclear las olas, o más bien, ser tacleada por una. En la noche hicimos una fogata y se nos unieron 2 vecinos campistas atraídos por el fuego, la música y las salchichas que estábamos asando, estuvo shido el ambiente, tristemente me quedé dormida junto a la fogata como a las 12 y el convivio terminó a las 2 ja, ya no awanto dos noches seguidas de desvelo. 
El domingo me oculté un tanto del sol porque amanecí carbonizada, por estar todo el día nadando y toda la noche a lado del fuego, me ardía la piel como si fuera las salchichas de la noche anterior. Anduvimos recorriendo otras playitas cercanas y viendo el paisaje que debo decir es más que bonito. 
En fin, fue un muy buen fin de semana, mucha playa, mucho (demasiado) sol, mucho cielo estrellado, mucha comida chatarra, mucha diversión y mucha buena vibra.


La Llorona desde el mirador =)


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