Hay días en los que quiero estar metida en la cama, abrazada de la almohada y arropada entre las sábanas, últimamente me despierto ansiando vivir esos días, sin embargo, me levanto y salgo a vivir la vida como una actriz... fingiendo, hasta la alegría la finjo ya, y eso sí que no me va.
El domingo fui a casa de un amigo, había mucha gente, pero al final de la alberca infinita solo estábamos la vista a la playa de Teopa, cerros y yo. Añoro ese tipo de momentos, quiero muchos muchos más, me gusta estar en un lugar y disfrutarlo, sentir que mente está presente y no ausente, pensando en un mañana que aún no llega.
Ahh... que terror siento al pensar en esta vida sonámbula que estoy viviendo, ya ni planes a futuro tengo, ni siquiera una idea sobre el qué podré hacer, lo único que tengo y a lo cual me aferro, es a estas ganas de vivir, de vivir completa, dejando mis temores de lado.
Estoy a 2 meses y medio dejarlo todo y caminar hacia la nada y me voy con todas mis ganas; creo que eso tiene que ser suficiente, al menos por ahora.
¡Que el deseo arda en mi por siempre!
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