Digamos que ésta iglesia nunca fue mi favorita, no hay un Padre fijo y los que mandan son bastante conservadores, lo cual no me agrada mucho, pero esta muy cerca de la casa de Ale, y terminamos yendo ahí.
En su sermón el Padre se enfocó en el evangelio, y empezó a hablar del amor que Dios nos tiene, de pronto empezó a criticar los matrimonios de hoy en día; a los jóvenes porque nunca decimos lo que pensamos o defendemos lo que creemos; a los que viven en unión libre porque prueban el pastel antes de tiempo; y por último a los gays, por ser gays, por tener el derecho a casarse y porque podrían tener el derecho de adoptar, acabando así con la raza y destruir la vida de esos niños...
En ese punto empecé a llorar, de enojo, frustración y de tristeza, porque no podía creer lo que oía, cómo hablas del amor de Dios y después juzgas a placer. Y es que yo creo en un Dios que ama de manera incondicional, que no juzga, que no pone condiciones, uno al que no le importa tú orientación sexual, tú estatus marital, tú elección religiosa, o tú ateísmo, uno que ni siquiera toma en cuenta si vas o no a misa los Domingos, uno que solo quiere que aprendas a amar.
Y tal vez es tonto de mi parte esperar tolerancia por parte de mi iglesia, pero para mí la misa es un refugio, es una hora a la semana donde tomas tiempo y convives con Dios y con otros fieles y se juntan a escuchar su palabra y a tomar fuerza para empezar una semana y vivirla amando....
Así que al final de la misa espere al Padre y le pedí unos minutos para hablar con él; lo que no esperaba era que Ale me acompañara, ya que odia la confrontación y más con "figuras de autoridad", pero me acompaño y se mantuvo firme a mi lado.
Le dije algo así, con mi voz un tanto entrecortada (Ale me ayudó con la reconstrucción de la plática): "Padre usted dijo que que los jóvenes nunca decimos lo que pensamos así que sin afán de ofenderle quería decirle que su sermón me pareció muy incongruente... usted hablaba del amor de Dios y yo creo que Dios ama a todos de manera incondicional, sin importar si son o no gays, además usted no sabe cuantas de las familias que estaban en misa tienen un hijo gay y los conflictos que pueden causar entre ellas su sermón", él dijo: "bueno si, Dios ama a todos, yo no quise decir lo contrario, bueno tal vez no supe explicarme" a lo que dije:"No creo que no, bueno sólo quería decirle que su sermón me hirió mucho, y que creo que es por este tipo de comentarios que muchos jóvenes se alejan de la Iglesia... que tenga buena noche Padre..." él dijo: "Buenas noches" y me dí la vuelta y Ale y yo nos fuimos de regreso a casa, yo iba lloraba sin parar y Ale decía que estaba orgulloso de mi porque pude ser paciente, también me confesó que por un momento creyó que iba a interrumpir al Padre en la misa o que iba a golpearlo en medio sermón, pero que le alegraba que me haya podido contener.
Hoy un amigo dijo que yo me lo busqué por ir a misa, que por eso él es ateo, pero yo creo que no toda la Iglesia Católica es así, no todos son intolerantes, sé que hay sacerdotes que son capaces de amar y no juzgar, que enseñan con actos y no con palabras y que luchan día a día por comprender lo que por decreto ellos no pueden vivir...
De mientras hoy me siento mejor por no callarme, por decir lo que siento y defender lo que creo, y es que creo en Dios y creo en el libre albedrío.
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