Recuerdos que se asoman en fotos

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Andaba tonteando en la compu viendo fotos y te vi, me puse un poco melancólica y me dieron unas ganas enormes de abrazarte.
Hay veces en que llego a tú casa e instintivamente te busco, no sólo a ti, sino a él también y terminó por sentarme en las mecedoras del patio a escuchar música mientras bordo punto de cruz, cosa que sólo hago cuando estoy en el Puerto, y que tú me enseñaste a hacer en ese mismo patio y en esas mismas mecedoras; yo sentada en medio tuyo y de mi tía Andrea, las dos explicándome como contar los cuadros y dándome tips para descoser sin que el hilo se rompa...
Hoy vi nuestras fotos y te sentí bien cerca y nos recordé sentadas en el patio, a veces por horas, sin decir mucho, o sin decir nada; a ratos me platicabas cosas de tú infancia, otras me contabas historias tuyas y de mi abuelo. Ahora recordando, nunca hablábamos mucho del presente, más bien nos gustaba platicar sobre viejas historias, cómo la vez que traté de convencer a Moisés (mi primo) de que era necesario plancharte los brazos porque ya estabas muy arrugadita, tú estabas dormida en la mecedora (o al menos eso creíamos), y cuando por fin Moisés iba a ir por la plancha, te despertaste y dijiste: "vayan a planchar a su madre cabrones!" jajajajajaja, nos encantaba revivir esa historia, a veces mientras veíamos pasar a la gente me encontraba acariciando esos brazos arrugaditos y sin darnos cuenta volvíamos a contar esa anécdota como para no dejar que se nos olvidara.
Recuerdo qué cuando también vivía mi abuela Malenita, solía diferenciarlas llamándolas abuela grandota y abuela chiquita; tú eras la grandota porque eras alta e imponente y mi abuela Malenita era la chiquita, porque era muy chaparrita, menudita y casi nunca hablaba, además, cuando yo era muy chica te recuerdo fuerte y firme, regañando a mis tíos por andar de parranderos. El tiempo te quito lo regañona, la muerte de mi abuelo te dejó muy callada... y los breves años que estuviste entre nosotros sola sin él lloraste mucho, pero ni las lágrimas hicieron que dejaras de ser la matriarca de nuestra familia, y la verdad es que sin ti las cosas nunca volvieron a ser iguales.
Ay señora mía, cómo me gustaba llamarte quinceañera porque me recodaba cuando tú y mi abu celebraron sus bodas de oro y bailaron danzón, entre otros ritmos, hasta el cansancio; o cuándo en tú cumpleaños él llegaba con el trío y un ramo de flores y tú te sonrojabas, y aunque lo hacía cada año tú siempre te sorprendías. Ustedes, novios eternos, parecían adolescentes, y no puedo olvidar la forma en la que se miraban porque no la he vuelto a ver en alguna otra pareja.
Hoy tú recuerdo no me dejaba pensar en nada más que en ti, por eso te escribo, para decirte que mis recuerdos no han notado el paso del tiempo, que sigo reviviendo nuestras historias, y que te amo señora mía y no soy la única; sé que ahora que estás con él, estás completa nuevamente, y donde quiera que estén mi amor y el de toda tú familia siempre los acompaña.


Primaveras

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Ya están aquí nuevamente! Los árboles más lindos que he visto en mi vida. Este fin de semana después de muchos, me quedé en Cuixmala, así que el Sábado fui a Barra a tontear y a buscar un regalo para un niño (tenía fiesta de cumpleaños por la tarde). No encontré nada para regalarle al pobre chiquillo, pero me topé con los árboles Primavera, la carretera ya se está empezando a llenar de esos amigos amarillos y no he visto paisaje más bonito que éstos árboles brotando entre los cerros. 
El Domingo me fui a Arroyo Seco y Don Mar nunca había estado tan tranquilo, tanto que me invitó a nadar y le dije que sí, así que después de tener un miedo horrible a nadar en Arroyo Seco y decirle a cuánta persona estuviera dispuesta a escuchar o leer (en este caso) que esa playa no era para nadar, terminé nadando en ella! Y que bien que me la pasé... 
Fue un fin de semana de Primaveras y Arroyo Seco, el fin perfecto para el relax.

Saludos!!

(Abajo los árboles Primaveras)





Homilía

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La misa de este Domingo:

Digamos que ésta iglesia nunca fue mi favorita, no hay un Padre fijo y los que mandan son bastante conservadores, lo cual no me agrada mucho, pero esta muy cerca de la casa de Ale, y terminamos yendo ahí.
En su sermón el Padre se enfocó en el evangelio, y empezó a hablar del amor que Dios nos tiene, de pronto empezó a criticar los matrimonios de hoy en día; a los jóvenes porque nunca decimos lo que pensamos o defendemos lo que creemos; a los que viven en unión libre porque prueban el pastel antes de tiempo;  y por último a los gays, por ser gays, por tener el derecho a casarse y porque podrían tener el derecho de adoptar, acabando así con la raza y destruir la vida de esos niños...
En ese punto empecé a llorar, de enojo, frustración y de tristeza, porque no podía creer lo que oía, cómo hablas del amor de Dios y después juzgas a placer. Y es que yo creo en un Dios que ama de manera incondicional, que no juzga, que no pone condiciones, uno al que no le importa tú orientación sexual, tú estatus marital, tú elección religiosa, o tú ateísmo, uno que ni siquiera toma en cuenta si vas o no a misa los Domingos, uno que solo quiere que aprendas a amar.
Y tal vez es tonto de mi parte esperar tolerancia por parte de mi iglesia, pero para mí la misa es un refugio, es una hora a la semana donde tomas tiempo y convives con Dios y con otros fieles y se juntan a escuchar su palabra y a tomar fuerza para empezar una semana y vivirla amando....
Así que al final de la misa espere al Padre y le pedí unos minutos para hablar con él; lo que no esperaba era que Ale me acompañara, ya que odia la confrontación y más con "figuras de autoridad", pero me acompaño y se mantuvo firme a mi lado. 
Le dije algo así, con mi voz un tanto entrecortada (Ale me ayudó con la reconstrucción de la plática): "Padre usted dijo que que los jóvenes nunca decimos lo que pensamos así que sin afán de ofenderle quería decirle que su sermón me pareció muy incongruente... usted hablaba del amor de Dios y yo creo que Dios ama a todos de manera incondicional, sin importar si son o no gays, además usted no sabe cuantas de las familias que estaban en misa tienen un hijo gay y los conflictos que pueden causar entre ellas su sermón", él dijo: "bueno si, Dios ama a todos, yo no quise decir lo contrario, bueno tal vez no supe explicarme" a lo que dije:"No creo que no, bueno sólo quería decirle que su sermón me hirió mucho, y que creo que es por este tipo de comentarios que muchos jóvenes se alejan de la Iglesia... que tenga buena noche Padre..."   él dijo: "Buenas noches" y me dí la vuelta y Ale y yo nos fuimos de regreso a casa, yo iba lloraba sin parar y Ale decía que estaba orgulloso de mi porque pude ser paciente, también me confesó que por un momento creyó que iba a interrumpir al Padre en la misa o que iba a golpearlo en medio sermón, pero que le alegraba que me haya podido contener.
Hoy un amigo dijo que yo me lo busqué por ir a misa, que por eso él es ateo, pero yo creo que no toda la Iglesia Católica es así, no todos son intolerantes, sé que hay sacerdotes que son capaces de amar y no juzgar, que enseñan con actos y no con palabras y que luchan día a día por comprender lo que por decreto ellos no pueden vivir... 
De mientras hoy me siento mejor por no callarme, por decir lo que siento y defender lo que creo, y es que creo en Dios y creo en el libre albedrío.